viernes, 12 de septiembre de 2014

Un desértico sueño, La Guajira...

       Primera Parada: Riohacha.


Es una ciudad ubicada tres horas al norte de Santa Marta (US 9) por una vía en excelentes condiciones por la que se asoma cada tanto tímidamente el mar Caribe. Cuando llegas a la terminal de transporte terrestre no te da una muy buena impresión, pero al recorrer la ciudad te das cuenta que está en un desarrollo constante, pues hay muchas edificaciones nuevas, centros comerciales grandes y espaciosos, un malecón nuevo, artesanal, amplio, limpio, con bares y restaurantes y avenidas que parecen estar recién intervenidas, un lugar multicultural ya que en las calles te encuentras los Wayuu, los extranjeros, los viajeros y la gente del Caribe, es una ciudad de la que no esperaba mucho pero de la cual he quedado gratamente sorprendido.  





Playa en Riohacha.


Al llegar nos hospedamos en el Hostal La casa de mamá (http://www.hostallacasademama.com/) ubicado en un barrio de casas bonitas y grandes jardines con arboles que huelen a flores en las tardes, El hostal muy cerca del malecón y de las oficinas de Cabo de la vela tours empresa con la que contrataríamos nuestro viaje al Cabo de la vela. Al llegar a la playa, muy buena impresión, arena suave, blanca, limpia, gente haciendo deporte, niños jugando y novios queriéndose bajo uno de los mejores atardeceres de mi viaje. Brisa fuerte y fresca queme dejaron con la certeza de que pasar un día y una noche de mi viaje en Riohacha fue una muy buena decisión.


       Segunda Parada: Cabo de la Vela.


Al llegar a la ciudad de Riohacha lo primero que hice fue preguntar donde estaban las oficinas de Cabo de la vela tours para ir a separar el cupo de mi viaje temprano al día siguiente. Siempre había soñado con estar en el Cabo y no quería perder nada de tiempo. Las oficinas están ubicadas sobre una avenida principal al frente del malecón Cll 1 # 7-109. Muy temprano nos fueron a recoger al hostal en una camioneta grande con aire acondicionado (tanto que terminé resfriándome), recogimos otros viajeros y rumbo al Cabo.

La carretera muy buena hasta que llegas a un punto que se llama “4 vías” es allí donde la carretera se parte en cuatro, bien sea  para ir a Maicao, Cerrejón, Riohacha o a nuestro destino Cabo de la vela. Ahí mismo haces una parada pequeña para comer algo o comprar agua, en el lugar te ofrecen la comida típica de la región que es el chivo, pero después de ver como mataban algunos tras las cabañas la verdad es que no tuve mucho ánimo de probarlo.

Seguimos nuestro camino por una carretera ya un poco mas deteriorada para llegar a nuestra segunda parada,Manaure, pequeña población en la que la idea es conocer el proceso de producción de la sal, bien interesante. 




Salinas de Manaure

Siguiendo nuestro camino llegamos a Uribia, otra pequeña población donde habitan y venden sus artesanías la comunidad Wayuu, allí nuestro guía compró un poco de combustible para la camioneta, que esta bien barato por que hay mucho tráfico en esta zona. Ya en este punto el camino se torna difícil, vas en medio del desierto sin saber si de verdad es por ahí o vas preguntándote como hace el guía para andar por allí con tanta seguridad sin perderse ni un poco.




Indigenas Artesanos de Uribia.


Después de andar un buen rato llegamos a un lugar del desierto que se llama “El Carrizal” complemente despejado, inmenso, imponente…. Te quita el aliento, disfrutamos un poco, sacamos algunas fotografías y de nuevo al camino (que en realidad no existe) hasta llegar a nuestro hospedaje “Cabo playa” muy básico, apenas unas cabañas con duchas de agua salada, otras cabañas para las hamacas, comida deliciosa y una playa grande, limpia, blanca… hermosa! No creo que uno necesite mucho mas, allí mismo habitan algunos wayuu que te ofrecen sus artesanías lo cual hace que el lugar se torne mas mágico de lo que ya es.




Caminos por el Desierto.



La noche… ni hablar! Era noche de luna llena y estrellas por millares, no hay servicio de energía eléctrica así que hay una planta funciona como hasta las 8 ó 9 pm, perfecto para que puedas disfrutar en completa paz de la belleza de la noche.



Desde mi cabaña 8:00 PM


      Tercera Parada: Recorrida por el Cabo.

Al siguiente día nos levantamos temprano pues aun teníamos mucho por disfrutar en este maravilloso lugar, nos metimos un poco al agua (bastante fría), caminamos por el desierto que rodea el hospedaje, sacamos fotos de algunas águilas y manadas de chivos y volvimos con el guía para que nos llevara a conocer otros de los lugares que nos prometieron al contratar el tour. El primero de ellos fue el “cerro el pilón de azúcar”, cerro sobre el cual se encuentra una virgen y donde dicen los habitantes que descansan las almas de los wayuu. El lugar es inmenso y muy bello, con una brisa muy fuerte que parece que intentara  tumbarte.



Cerro Pilón de Azúcar.

Bajamos y disfrutamos un poco de la playa antes de seguir. El segundo lugar al que nos llevaron se llama “ojo de agua”, se llama así por que es un pequeño nacimiento de agua dulce al lado del mar, es un sitio sagrado para los wayuu pues no es muy fácil para ellos conseguir el liquido, también es un mirador inmenso, bello e imponente… un poco mas de playa y a seguir. 


Mirador Ojo de Agua.


El último lugar que visitamos fue “El faro” y ya desde allí tendríamos la oportunidad de disfrutar de ese atardecer en el cabo de la vela con el que soñé desde que tengo memoria, soñar no cuesta nada y cuando vives en un país que parece un sueño pues menos. Me secaba la última lagrima y de vuelta a Riohacha, mas feliz que nunca.


Atardecer Guajiro desde el mirador del Faro.